St. James abre su tercera arrocería en la calle Pontejo y lleva las mejores paellas de Madrid a la Puerta del Sol. La mayoría pasó por la Puerta del Sol, quinto lugar de la Comunidad más visitado por el turista. “Ahora pueden disfrutar junto al Kilómetro Cero de la autentica paella valenciana

Las mejores paellas de Madrid llegan a la Puerta del Sol. St. James abre su tercera arrocería en el 15 de la histórica calle del Marqués Viudo de Pontejos, a escasos metros del Kilómetro Cero y de la Plaza Mayor. Aquí sirven su carta de 24 arroces , entre ellos cinco tipos de paella, además de arroces a banda, del señoret , de la huerta, al estilo alicantino, negro con sepia, caldosos y melosos con bogavante azul, langostinos, almejas, carabineros, boletus y foie…

Sin olvidar sus proteínicos ‘Arroces 2.0‘ con chuletón de vieja vaca, lubina, rodaballo y lenguado. Esta Semana Santa prepara el delicioso meloso de Cuaresma con bacalao, garbanzos y espinacas. Por si fuera poco, también exportan sus populares paellas y fumets a México.
Por delante del jamón ibérico y las tapas, la paella es el plato español favorito en el ranking del turista internacional. Madrid recibió más de 8’8 millones de visitantes extranjeros en 2024, nuevo récord de afluencia.
La mayoría pasó por la Puerta del Sol, quinto lugar de la Comunidad más visitado por el turista. “Ahora pueden disfrutar junto al Kilómetro Cero de la autentica paella valenciana y algunos de los arroces más refinados de la costa mediterránea”, apunta José Luis Armengol, fundador del Grupo St. James, que abrió su primera arrocería en 1973 en Juan Bravo.
Flujo del turismo nacional e internacional, el Kilómetro Cero recibe 11 millones de visitantes anuales (30.000 al día). Así, aquellos que vienen a conocer el corazón de la Villa y Corte, degustarán la verdadera paella valenciana, con pollo, conejo, garrofón, judías verdes y caracoles.

Además, paella de marisco con sepia, gambas, langostinos, cigala, almeja fina gallega y mejillones. Entre medias, la mixta con pollo, cigala, gambas, mejillón, sepia y verduras. Mención aparte merecen la paella con langosta y la paella con bogavante azul gallego, bañadas en el sabor marino del marisco.
La paella española no tiene fronteras. Precisamente, el afamado restaurante Amaral del Hotel Presidente InterContinental de Ciudad de México acaba de españolizar su menú en colaboración con el Grupo St. James, incorporando nueve de sus paellas, arroces y fideuás, además de sus dos tipos de fumets o caldo para paellas: de marisco y de carne y verduras.
Nos vamos a México
El sabor del Mediterráneo cruza el charco. En pleno corazón del DF Amaral ya sirve las paellas valenciana, mixta y de marisco de St. James, además de su fideuá de marisco y sus arroces a banda, negro, con langosta, caldoso con almejas y de picaña (chuletón de vaca vieja).

El nuevo menú forma parte del flamante acuerdo de St. James con el Grupo Presidente para incorporar a todos los restaurantes del gigante hotelero mexicano “la tradición de la gastronomía española y la autenticad de nuestros ingredientes”, subraya José Luis Armengol.
St. James es mucho más que un buen restaurante. Con 53 años de historia, han perfeccionado sus propios fumets hasta producirlos artesanalmente en su fábrica de Las Rozas y exportarlos a México, entre otros países. “Hemos creado un producto envasado de calidad que nos permite compartir nuestro secreto culinario con el mundo entero”, añade José Luis Armengol.
También comercializan sus caldos para paella para restaurantes de todo el territorio nacional y el consumidor final desde Restaurantestjames.com.
Sus pedidos pueden acompañarse de su arroz bomba del autor St. James, cultivado en exclusiva en Valencia y el Delta del Ebro.
Arroces 2.0
Según explica Vanesa Armengol, directora del Grupo St. James, la cadena apuesta por una nueva generación de arroces “siempre tradicionales, pero digestivos y saludables”.
“Evitamos pescados altos en mercurio como el atún y cualquier ingrediente que haga pesada la digestión”, apunta. Sus ‘Arroces 2.0‘ muestran la carne y el pescado en todo su esplendor, sobre una fina base de arroz. Una manera muy original de presentar dos platos en uno, con cinco variedades: de rape y almejas, de chuletón de vaca madurada, de lubina, de rodaballo y de lenguado. “Reducimos así la cantidad de hidrato y subimos el nivel de proteína”, añade Vanesa Armengol.

Los arroces St. James rinden homenaje a nuestro producto de mar y tierra.
Encabezan la carta el a banda clásica, acompañado de cazuela de guiso de pescado y patata, y el a banda St. James, con mariscada de cigarras, carabineros y langostinos. Su arroz más variado es el alicantino, con pollo, costillas, sepia, langostinos, gamba, mejillones, verduras y garbanzos.
Además, arroz del señoret con sepia, mejillón, gambas, magro, pollo y verduras; arroz negro con sepia, arroz con chipirones y ajetes tiernos, con verduras de temporada…
Entre sus caldosos y melosos, destaca el arroz con bogavante azul gallego, también con almejas y gambas (ligeramente picante) y el marinero con langostinos, almejas, mejillones y pescados, sin olvidar los tradicionales con carabineros y boletus y foie.
Entre sus cuatro fideuás, atención especial para la de mariscos Ciudad de Gandía, con gambas, langostinos, mejillones, sepia y cigarras. Además, una versión de la huerta con verduras de temporada, otra con bogavante azul gallego y otra negra con sepia.
Una barra a la gallega
Diseñada para exhibir sus exquisitos pescados y mariscos, la barra de St. James Pontejos es otra novedad respecto a los establecimientos de Juan Bravo y Rosario Pino.
Así, disfrutamos de una amplia gama de productos del mar a la sartén, cocidos ya la plancha, además de raciones frías y calientes. Entre los primeros, gamba blanca terciada de Huelva y gamba roja, coquinas, ostras francesas, cigalas, almejas, berberechos, navajas y zamburiñas.
Entre las segundas, anchoas de Santoña y salpicón de mariscos, además de otros imprescindibles en cualquier barra castiza que se precie: jamón ibérico de bellota, boquerones en vinagre, Gilda, ensaladilla rusa…

Las raciones calientes nos hacen viajar a los aromas y sabores de la taberna andaluza, con sus pescaitos con huevo de corral y pan de ajo, las puntillas de la bahía con habitas y los chipirones, además de otros bocados especiales: huevos estrellados con langosta al ajillo, láminas de patatas fritas y aceite de trufa; langostinos al ajillo negro y pata de pulpo a la brasa con patatas oxidadas, tacos de bacalao en tempura…
La barra ya es un fiel reflejo de la combinación entre tradición e innovación que constituye la esencia de la casa St. James.
Producto fresco
El producto fresco y de temporada abandera una reinterpretación de recetas contemporáneas,
innovadas con elegancia. Unas emblemáticas y otras más originales, todas se funden en la misma
actitud: cada plato es una obra de arte que deleita los sentidos.
Punto de encuentro de mar y tierra, la carta de St. James Pontejos recorre lo selecto de nuestra materia prima regional, un viaje profundo y sensorial desde las frías aguas del Cantábrico a las costas mediterráneas de Huelva y las orillas del Mar Menor de Murcia.
Pasando por los verdes prados gallegos y asturianos, la ribera navarra del Ebro, la dehesa extremeña, los valles del Tajo, los dorados trigales de la Meseta y los soleados olivares de Andalucía.

De sus mariscos ya hemos hablado en barra y arroces, aunque distinción entre sus ensaladas y
verduras merecen el aguacate a la brasa con langostinos al ajillo y tomates caramelizados, y la
burrata fresca de Puglia, pomodori sechi y carpaccio de tomate.
A la mesa nos aguarda una variada gama de pescados: lenguado asado con mantequilla de tomillo limonero, lomo de bacalao con bilbaína de tomate, rodaballo a la gallega, rape negro asado, lubina a la sal de roca o corvina a la meunière con almendras.
La vaca vieja protagoniza sus tres tipos de carnes: la Smash Búrguer con provolone, rúcula, mahonesa de tomates secos y guanciale ahumado, además del chuletón con 40
días de maduración y el lomo a la brasa.
Torrijas y cócteles
Su carta de nueve postres artesanos reelabora los clásicos con maestría, de la tarta de manzana
con helado de vainilla a la crema catalana de mango, el tiramisú y el arroz con leche en paellerita,
aunque los amantes de la torrija en Semana Santa no olvidarán su variedad en brioche tostado en
mantequilla salada con Baileys casero y cacao.

Para la sobremesa y la noche, St. James Pontejos amplía su oferta con una carta de 19 cócteles de
autor.
Toda una explosión de sabores, desde sus opciones más exóticas y atrevidas con nombres
tan sugerentes como ‘Pornstar’, ‘Belleza y espinas’, ‘Zombie’, ‘Penicilin’ y ‘Floral Fizz’, a otras latinas
con tequila y mezcal (‘Agaberol’, ‘Spicy Mezcal’) o de inspiración nacional (‘Islas Baleares’, ‘Violetas
de Madrid’), sin olvidar sus versiones de los históricos (‘James Negroni’, ‘Padrino’, ‘Bloody Saylor’).