Fuentes del departamento de Ana Mato explican la decisión aduciendo razones de salud pública. La patronal de los hosteleros lamenta este cambio de rumbo que perjudica al sector.
Era uno de los retos más espinosos a los que se enfrentaba Ana Mato. Una semana después de ser nombrada ministra de Sanidad, el asunto quedó zanjado. Fuentes del departamento confirmaron que la Ley Antitabaco no se va a modificar. Aunque no adelantaron más detalles, sí relacionaron esta decisión con la necesidad de preservar la salud de los ciudadanos.
La reforma de la actual norma, que el próximo lunes cumple un año desde su entrada en vigor, no estaba en el programa electoral del PP. Tampoco Mato hizo mención a ella tras la jura del cargo. Pero las declaraciones de varios miembros del PP, incluidas las del propio Mariano Rajoy, hicieron pensar que acometerían la reforma si alcanzasen el Gobierno.
La Federación Española de Hostelería (FEHR) ha reaccionado contrariada. "Me parece un desastre, una informalidad; si es cierto es una canallada para el sector", denunció José María Rubio, presidente de la patronal, que aseguró "no encontrar ninguna explicación" a este cambio de rumbo.
Desde la Asociación Nacional de Empresarios para la Calidad del Ocio, que representa uno de los sectores más perjudicados por la ley, respondieron al anuncio con "cautela", aunque quisieron recordar que la ahora vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, también "se comprometió en vísperas de las elecciones municipales a suavizar la ley". "La fórmula que pedimos es compatible con la defensa de la salud pública", reivindicó su presidente, Dionisio Lara.
La fórmula "intermedia" que ansía el sector es la que precisamente defendió el PP durante la tramitación parlamentaria de la ley. La FEHR pide que, "en la línea del resto de países europeos", permitan habilitar espacios cerrados para fumadores, donde no se sirvan consumiciones y donde no puedan acceder los trabajadores de estos establecimientos. Así, además de lograr la convivencia entre fumadores y no fumadores, los hosteleros que acometieron las obras antihumo con la anterior reforma de la ley –al Grupo Vips, por ejemplo, las obras le costaron 1,3 millones de euros–, podrían rentabilizarlas.
La patronal de la hostelería mantenía la esperanza de que la ley que entró en vigor el pasado 2 de enero –que es una de las fórmulas más restrictivas de Europa–, se flexibilizaría con el nuevo Gobierno. Cuando el Ejecutivo de Zapatero la aprobó, la federación de hostelería se alzó en pie de guerra advirtiendo de las graves consecuencias que tendría una norma "suicida" para la restauración: calculaba que la nueva ley traería consigo la pérdida de hasta 150.000 empleos y un descalabro de las ventas del 10% en un sector que representa el 7% del PIB español.
"El tiempo nos ha dado la razón", afirma ahora José María Rubio, presidente de FEHR, que esperaba que la reforma legal que reivindican y que ahora Sanidad ha rechazado, diese una tregua a la hostelería. Doce meses después de la puesta en marcha de la ley antihumo, asegura que 2011 ha sido un mal año para la restauración.
Ni el buen tiempo –que ha ayudado a aupar a los negocios con terrazas–, ni los datos récord del turismo –beneficiados por las revueltas árabes– han dado un respiro a un sector que, según su patronal, lleva inmerso en una recesión "mantenida y resistente" desde abril de 2008.
La FEHR asegura que en 2011 la mayoría de los locales han experimentado bajadas: en el caso de los restaurantes, estiman que la facturación se ha contraído un 10%; en los bares, un 20%; y en el ocio nocturno, el mayor perjudicado, un 25%. Ese descenso se ha dejado notar en la contratación de trabajadores. En la Encuesta de Población Activa (EPA) la caída es notable: en el primer trimestre del año se emplearon 53.200 personas menos y en el segundo, 20.200 menos.
El tercer trimestre dio un descanso al sector con un aumento del 0,8%, que a Rubio, no obstante, no le consuela: "Son los meses del verano, donde el incremento debería haber sido mucho mayor". (Fuente: Intereconomía)