Por Jesús Fernández.
Redacción Bar&Restaurante
Para muchos emprendedores españoles el verano representa una oportunidad de negocio única. Es el caso, por ejemplo, de todos aquellos restauradores y hosteleros que tienen una actividad en la playa. En este artículo presentamos un catálogo de consejos básicos para que nuestro negocio a pie de playa sea un éxito.
Durante la temporada estival, la mayoría de personas elige las zonas costeras para sus vacaciones en busca de sol y playa. Pero, sin duda, lo más importante es el lugar de la playa que sirve de escape de un sol de justicia cuando se llevan horas bajo el sol: el chiringuito.
El lugar donde realmente descansas y sientes las vacaciones, el lugar donde tomarte una cerveza bien fría o donde comer, en lugar de irse a casa como rutina habitual.
Los chiringuitos existen prácticamente desde que el mundo es mundo. No obstante, ha sido un modelo de turismo que destacaba por su baja calidad y que, por lo general, no se caracterizaba por los detalles, sino por su funcionalismo.
Actualmente, nuestro país cuenta con algunos de los mejores restaurantes de playa y chiringuitos de toda la geografía. Si bien es cierto que, a la hora de crear un nuevo local de este tipo, hay que tener en cuenta numerosos detalles. Hay que cuida los complementos que lo hagan diferente del resto y, sobretodo, buscar llamar la atención a los clientes. En definitiva, que no sea “un sitio más”.
Un aspecto muy importante a la hora de abrir un restaurante o chiringuito de playa es la ubicación. Esta decisión debe haber sido estudiada con detenimiento, ya que de ella dependerá la rentabilidad del negocio y la atracción de la clientela. No es lo mismo ubicarlo en una playa paradisiaca pero poco concurrida, que en una en la que el flujo de visitantes sea mayor.
Más importancia aún, si cabe, merecen los accesos al lugar, bien desde la propia playa o desde el paseo marítimo. Un detalle muy importante es que el acceso cuente con una plataforma de madera formando un camino hacia el local, ya que para algunas personas resulta incómodo mancharse los pies de arena.
Otro aspecto muy llamativo es la decoración interior y exterior del local. Debemos buscar que la primera imagen que el cliente tenga despierte sensación de pulcritud, limpieza y orden. Una buena apuesta, dada la temporada estival, son las mesas con manteles blancos, llamando la atención de la clientela.
Muchos restaurantes a pie de playa apuestan por formar plataformas en el exterior y colocar, sobre estas, las mesas. También son habituales las grandes sombrillas y toldos que cubran las plataformas, ya que precisamente buscamos escapar del sol por un momento y comer agusto.
Una apuesta segura es instalar un sistema aspersor de agua en vapor en el recinto exterior que ayude a sofocar las altas temperaturas del verano.
Si el empresario quiere dar a conocer sus productos, menú o carta, debe tener un cartel en un lugar destacado, que llame la atención y obligue a los viandantes a leerlo.
Son cada vez más los restaurantes que apuestan por el hilo musical. De esta manera, se puede influir en el comportamiento de las personas sin que se den cuenta. Para las noches, lo ideal es la contratación de música en directo o un dj a pie de playa, lo cual, a pesar de ser más costoso, está comprobado que genera más beneficios.
El mobiliario debe ser coherente con el tipo de restaurante. Deberemos optar por un tipo u otro de decoración dependiendo de si buscamos un tipo de cocina y, por tanto, clientela, más clásica o más vanguardista. Los tonos blancos y, en general, los tonos claros son los que más predominan en cuanto a la atención del cliente.
La iluminación cuando cae el sol también es un detalle muy significativo. Cada vez más restauradores y hosteleros identifican este potencial como parte fundamental del éxito de sus establecimientos. La iluminación artificial no debe ser excesivamente llamativa, pero tampoco demasiado discreta. Las cristaleras del local deben ser amplias y tener la posibilidad de abrirse y quedarse abiertas al aire libre. De esta forma, la clientela podrá disfrutar de las vistas, los sonidos del mar y de la brisa marítima a la luz de la luna.
Es muy importante la cuestión de los colores, pues juegan como aliados a nuestro favor y enemigos en nuestra contra, también de forma inconsciente. Normalmente centramos nuestra atención en los objetos cuyo color nos transmite alguna sensación agradable. Por ejemplo los tonos rojos y amarillos, a menudo, resultan efectivos.
De igual manera, también debemos prestar atención a los olores igual. Para esto contaremos con las velas, inciensos y, en general, gran variedad de productos disponibles como aliados.
No obstante, a pesar del anterior decálogo de consejos, en la práctica, lo más importante de todo es el trato hacia los clientes. Bien para generar cartera o bien por el rendimiento económico del momento debemos mantener en todo momento la amabilidad hacia el cliente. Algo que genera descontento a la clientela, por ejemplo, son las largas esperas, tanto para ser atendido como para ser servido. Este modelo de negocio se aleja de los servicios de comida rápida o buffet, pero la espera que soporte el cliente no debe sobrepasar la mitad del tiempo que vaya a permanecer en el local, ya que esto le invitaría a marcharse y no volver.
De la misma manera, los profesionales deben buscar en el trato el equilibrio entre lo profesional y la cercanía, pero sin sobrepasarse. El potencial cliente debe sentirse atendido por un profesional con conocimientos, pero hemos de alejarnos de la idea del camarero-robot. Por tanto, debe haber cierta cercanía y empatía entre el profesional y el visitante. Los profesionales que atienden en un restaurante o servicio de hostelería son muy importantes de cara a las futuras ganancias. Cuando la actitud del profesional ha sido distinguida y cordial, por lo general, el cliente volverá, incluso aunque existieran detalles que no fueran del todo de su agrado. A este respecto, el “boca a boca” fluirá, lo cual supone una técnica de marketing importantísima para atraer nuevos clientes.
Físicamente la imagen de los camareros dependerá de lo que el restaurante quiera transmitir. La imagen que más se utiliza es la de una vestimenta completamente desenfadada, fresca, aunque todo este profundamente analizado y colocado para transmitir con ese vestuario la imagen que queremos complementar con la propuesta gastronómica.
Podemos decir que la imagen idónea es la que se complementa, que idéntica la imagen de la plantilla con el negocio, con el restaurante. Se trata de generar naturalidad frente al cliente, aunque este todo pensado.
Una vez analizado este inventario de consejos para la apertura de un restaurante o negocio hostelero a pie de playa, ya sólo queda ponerlos en práctica. Los meses de verano pueden ser agotadores para los profesionales del sector, pero hemos de perder de vista que son los que nos generarán la mayor parte de los beneficios anuales. Así, sólo queda añadir: ¡Bienvenido verano!