PEDRO MUÑAGORRI, NUEVO JEFE DE COCINA DE BRASSERIE LAFAYETTE
Madrid, enero de 2025.- Pedro Muñagorri, relevante figura de la cocina tradicional y vasco-navarra en Madrid, es el nuevo y flamante chef de Brasserie Lafayette (Recaredo 2, Madrid), uno de los restaurantes imprescindibles de la gastronomía francesa en Madrid.
Con la incorporación de este reputado cocinero, gran conocedor de la culinaria clásica y francesa, el espacio afianza su compromiso con una cocina más tradicional y apegada a la esencia gala, en la que la materia prima, las elaboraciones pausadas y ligadas a la temporada y el sabor serán las protagonistas de su nueva carta.
Nacido en Madrid en 1965, Pedro procede de una familia de empresarios vascos afincados en Madrid; de hecho, su padre regentaba las históricas papelerías Miguel Muñagorri.
Con una gran querencia por la tierra de origen de su familia
Se formó como cocinero en la prestigiosa Escuela Superior de Hostelería de San Sebastián (1993-96) y durante muchos años trabajó en algunos de los enclaves más importantes de Guipúzcoa, como Casa Nicolasa (San Sebastián), Zuberoa (la casa del mítico Hilario Arbelaitz, con una Estrella Michelin, en Oiartzun) o en la Marisqueria Txirpi (Aginaga, Usúrbil) entre otros.
Fue especialmente relevante en su formación su paso por Juan Mari Humada (San Sebastián), un espacio que contaba entonces con una Estrella Michelin, y en el que se especializó en pinchos de barra y cocina tradicional de mercado. De ahí saltó a otros restaurantes de la provincia, como Kuluxka, Urbano, Itxaspe o El Anzuelo, e incluso cruzó el charco para trabajar en la cocina de La Casona Española (Villarrica, Chile)
De vuelta a San Sebastián, regentó durante años las cocinas del conocido hotel Monte Igueldo. Decide entonces trasladarse a Madrid, donde fue jefe de cocina del famoso Casa Nicolasa y de Enriich en La Moraleja.
Fue trabajando en la apertura de este clásico donde Pedro conoció a Sébastien Leparoux, quien años más tarde, en 2008, fundaría Lafayette. Nació así una bonita amistad.
Ese mismo año, en 2008, y hasta 2021
Pedro tuvo su propio restaurante, Muñagorri. Primero en Las Rozas, y luego en la calle Padilla de la capital, se hizo con el favor de crítica y público con su barra de pinchos y raciones y su elegante comedor.
En este espacio destacó por su dominio del producto de temporada y se hizo con dos Soles Repsol, así como con el premio de Mejor Restaurante de Cocina tradicional concedido por El Mundo. También fue sede de la Escuela de cocina de Iñaki Camba .
Al final del verano de 2024, una llamada de su amigo Sébastien, 20 años después, volvió a reunir a aquel excelente dúo que se conoció en Enriich.
Una etapa con aires franceses
Experimentado y con un amor intacto por la cocina y la mejor despensa, Pedro ha encontrado en Brasserie Lafayette un ecosistema perfecto para su vocacional profesión. Ultima algunas sorpresas para la carta de invierno, y su papel en la vuelta a los orígenes de Lafayette a favor de una cocina más sencilla, que da protagonismo a la materia prima, ha sido importante.
Como él mismo explica, «Me siento muy feliz de estar en todo un templo de la cocina gala de Madrid como es Lafayette. Queremos dar a conocer a todos las bondades de la cocina más famosa del mundo, pero también una de las más desconocidas por el gran público a día de hoy.
En Lafayette tenemos platos muy sabrosos, perfectos para compartir, modernos en textura y materia prima, pero con el poso de la mejor tradición gala. Por no hablar de la bodega del fundador, Sébastien Leparoux, plagada de grandes referencias y de etiquetas de proyectos independientes, igualmente increíbles, todos ellos sin sobreprecios exorbitados».
Lafayette
El restaurante Lafayette abrió sus puertas en 2018 con Sébastien Leparoux, el alma de la sala. Se podría decir que un pedacito -très petit morceau- de la historia empieza en 1757, cuando nace el que será figura clave en la Guerra de Independencia de EEUU y la Revolución Francesa: el general LaFayette, un nombre con solera e historia. Lafayette es una brasserie francesa no solo para franceses, porque adoramos nuestra cocina gala, pero estamos enamorados de esta ciudad y de las personas que viven aquí.