Con una superficie de 2.583 metros cuadrados y más 300 puestos ofrece una gran variedad de productos locales y exóticos, tanto a los compradores particulares como a los restauradores de la ciudad. Es el mercado más grande de Cataluña, el más variado en oferta alimentaria y también el más visitado por los turistas.
Mercado de la Paz (Madrid). El mercado de la Paz, de estilo modernista levantado en 1878 en el barrio de Salamanca de Madrid, fue el último de los mercados municipales construidos en la capital el siglo XIX.
En el Mercado de La Paz siempre se ha buscado la idea de «compra global», es decir, ofrecer a sus clientes una amplia oferta de productos y servicios para poder encontrar todo lo que necesitan en un mismo lugar, desde los puestos más clásicos de alimentación como frutas, verduras, carnes o pescado, pasando por puestos de servicios tradicionales como una peluquería, un taller de relojería, tintorería o droguería, hasta propuestas más actuales como delicias gourmets, productos italianos o croquetería, hasta llegar a los 68 puestos que hoy funcionan.
Mercado de la Esperanza (Santander). Proyectado por los arquitectos Eduardo Reynals y Juan Moya en 1897 es una de las grandes y escasas muestras de arquitectura en hierro decimonónica conservadas en España.
El mercado de abastos fue completamente restaurado en 2010 y consta de dos plantas con más de ciento sesenta puestos de alimentación, sobre todo carne y pescado siendo el mercado más grande en su tipo de Cantabria. Fue declarado monumento histórico-artístico en 1977.
Mercado Central de Valencia. Fue inaugurado el 23 de enero de 1928.
Agrupa a casi 300 pequeños comerciantes que ocupan 1.219 puestos creados en origen siendo el mayor centro de Europa dedicado a la especialidad de productos frescos y el primer mercado del mundo que afrontó el reto de la informatización de las ventas y distribución a domicilio, desde el día 2 de octubre de 1996.
Mercado de Abastos de Santiago (Galicia). Es uno de los cinco más importantes de España, y segundo monumento más visitado de la ciudad después de la Catedral. El mercado actual data de 1941, y está edificado en el mismo emplazamiento que el anterior mercado, que era de 1870.
Además de los comercios típicos de un mercado tradicional existen dos restaurantes-cafeterías -en uno de ellos se ofrece el servicio de cocinar el producto que el cliente compra en el propio mercado-, joyerías, mercerías, tiendas de regalos, reparación de zapatos o copia de llaves entre otros servicios.
Mercado Central de Zaragoza. Se levanta en el mismo lugar que ocupaba el mercado de la ciudad desde el siglo XIII.
Fue diseñado por el arquitecto aragonés Félix Navarro Pérez para sustituir al tradicional que se realizaba al aire libre en la antigua plaza del mercado e inaugurado a principios del siglo XX convirtiéndose en Monumento Histórico Nacional en 1978 y bien de interés cultural desde 1982.
En la primera planta se encuentran alojados 190 puestos comerciales, mientras que la segunda está destinada a la organización del propio mercado y los detallistas -cámaras frigoríficas, obradores, oficinas y diversos espacios para movimiento de mercancías y materiales-.
Mercado de Abastos de Jerez (Cádiz). Se encuentra en el centro histórico-comercial y fue levantado sobre el antiguo convento de San Francisco en 1885.
Se divide principalmente en tres áreas: carne, pescado y fruta y verduras. Actualmente el interior del edificio alberga 115 puestos, en frutas y hortalizas, pescados, carnes, recovas, aceitunas, ultramarinos, panadería, congelados, especies y un bar.
Mercado de la Ribera (Bilbao). Ubicado junto a la Ría de Bilbao, fue levantado por el arquitecto Pedro Ispizua en 1929 convirtiéndose es una referencia comercial para toda Vizcaya.
En 1990, el Mercado de la Ribera es reconocido como el Mercado Municipal de Abastos más completo por el Guiness. Siendo el más grande que existe en cuanto a número de comerciantes y puestos, así como el mayor mercado cubierto de toda Europa gracias a sus 10.000 metros cuadrados.
Mercado Central de Salamanca. Fue inaugurado en abril de 1909. Situado en la Plaza del Mercado junto a la Plaza Mayor, posee un planta rectangular con una extensión de 1.760 metros cuadrados.
El Mercado Central de Abastos de Salamanca pone a disposición del visitante todo tipo de productos frescos en las dos plantas en que se divide. En la primera planta encontramos dos anillos concéntricos de tiendas. En la parte exterior principalmente establecimientos con una amplia selección de productos avícolas y conejos, mariscos, pescaderías, carnicerías y salchicherías. En esta parte también podemos encontrar panaderías con horno propio, en las que podemos adquirir pan, bollos o pasteles.
En el anillo central están situadas las fruterías y una tienda de regalos; así mismo esta parte central posee unos bancos en los que descansar de una ajetreada mañana de compras. En la planta inferior también hay carnicerías. Como en todo mercado, aquí también existe un ultramarinos, una tienda de encurtidos, una tienda de café, lozas y cerámicas y un bar cafetería.
También forman parte del mercado las pequeñas tiendas que se instalan en su fachada sur, entre las que encontramos un kiosco, una peluquería, una joyería, una tienda taurina, un establecimiento de navajas y cuchillos o una empresa de transportes, entre otros.
Mercado de San Blas de Logroño. Construido en 1927 por el arquitecto por Fermín Álamo tomó el nombre de la antigua iglesia de San Blas derruida en 1837 en ese mismo solar.
Este mercado de abastos aúna la belleza arquitectónica con una amplia oferta culinaria. Pescados, hortalizas, frutos secos, especias y chacinas son algunos de los productos que distinguen a cada uno de los puestos de este mercado dotándole de una personalidad propia que cambia de sabor cada temporada.
El lugar es el proveedor principal de los cocineros logroñeses y de sus restaurantes, además de los peregrinos que vienen a Logroño por el Camino de Santiago. Durante todos estos años, la transformación de la Plaza de Abastos ha sido paulatina y con ella la del resto de la ciudad, llegándose en 1997 al reconocimiento por parte del Ministerio de Economía, de Logroño como «Primera ciudad comercial de España».