En épocas de calor excesivo como la actual, la ingesta de líquidos es fundamental para mantener el bienestar físico y cognitivo.
Se recomienda la ingesta diaria de 2 litros de líquido en mujeres y ascender a los 2,5 litros en la población masculina, que se verá incrementada dependiendo de condiciones fisiológicas, práctica de actividad física y deporte y condiciones ambientales, como temperatura y humedad relativa.
La hidratación se ha considerado durante mucho tiempo como la hermana pequeña de la nutrición, aunque cada vez estamos más y más concienciados de la importancia de una correcta ingesta de líquidos para nuestra salud física y cognitiva. De hecho, son cada vez más las investigaciones que se centran en la importancia de la hidratación en nuestro organismo desde el punto de vista nutricional, de estilos de vida, ejercicio o ciencias bioquímicas.
El agua es un nutriente esencial que cumple importantes funciones en nuestro organismo, como el transporte de nutrientes, la eliminación de productos de desecho, la regulación de la temperatura corporal, etc. En épocas y ambientes de calor como los que estamos viviendo este verano, la hidratación se convierte en fundamental, aunque son pocas las personas que cumplen las recomendaciones. Llevar a cabo unos sencillos pasos ayudarán a cumplir las necesidades diarias de ingesta de líquido y a conseguir que estemos en un estado óptimo para disfrutar de las vacaciones:
- Ingerir entre 2 y 2,5 litros de líquido diariamente a través de los diferentes alimentos y bebidas: esta cantidad equivale a las recomendaciones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para hombres y mujeres respectivamente. Con altas temperaturas si se está además en zonas de elevada humedad relativa, hay que aumentar la ingesta de alimentos y bebidas que aporten agua, controlando el aporte calórico de los mismos.
- Aumenta tu ingesta de líquido si vas a practicar actividad física, ejercicio físico o deporte: durante épocas de calor debemos aumentar los requerimientos de líquidos, sobre todo si realizamos ejercicio físico intenso, puesto que una hidratación incorrecta deteriora el rendimiento del ejercicio aeróbico. Además, debemos vigilar el estado de hidratación de la población más vulnerable de sufrir hipo-hidratación, como son los niños, las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y las personas mayores.
- Apóyate en la dieta de verano para incrementar la ingesta de líquidos: la dieta veraniega debe ser generosa en alimentos con alto contenido de agua. No obstante, se recomienda que el 75-80% del líquido que ingerimos a diario provenga de las bebidas. Así, todas las bebidas no alcohólicas que contengan más del 80% de agua y menos del 50 mEq/l de sal son fuente de hidratación, teniendo en cuenta aquellas que menos calorías aportan.