Los hermanos Roca, Joan, Josep y Jordi, los fundadores del restaurante Celler de Can Roca, actualmente el mejor restaurante del mundo, han sabido hallar la combinación de innovación en la cocina pero respetando la tradición, esa creen que es la clave del éxito.
Fundado hace 30 años en Gerona, y ya llevan un equipo de 70 personas trabajando. Cuenta con 3 estrellas Michelin y 3 soles Repsol. En su carta, se presentan sabores y matices de todo el mundo, con influencias de las cocinas asiáticas y americanas, usando productos locales que se convierten en elaboraciones que presentándose sencillas reflejan preparaciones elaboradas y complejas. en el Celler, se presentan sabores y matices de todo el mundo, con influencias de las emergentes o ya consolidadas cocinas americanas y asiáticas; con productos locales que se transforman en elaboraciones que presentándose sencillas y equilibradas en el plato, esconden preparaciones complejas y técnicas perfectas.
Para los que piden que el mejor restaurante del mundo abra sedes por distintos sitios, los hermanos Roca lo tienen claro: “Un restaurante tiene que tener alma, no sucursales”, explica Joan Roca. No se puede exportar, pero sí puede hacer giras. Como si fueran un grupo de rock, los tres hermanos han decidido cerrar el restaurante en Girona durante cinco semanas y lanzarse con 35 miembros de su equipo a una aventura patrocinada por el BBVA.
La Gira BBVA-El Celler de Can Roca ha cumplido en Argentina la primera etapa de su viaje, cuyas siguientes paradas serán Miami, Birmingham y Houston en Estados Unidos, y Estambul en Turquía. En total, casi 2.000 personas podrán participar de los menús de El Celler de Can Roca en la segunda edición de su gira mundial.
Se despide en la capital porteña con el ‘Gol de Messi’ como homenaje a Argentina para continuar su recorrido por Estados Unidos, según indica la entidad. Un postre en el que destacan como ingredientes la menta, el limón, la naranja, el caramelo, el eucaliptus, aroma de césped y ‘peta-zetas’. Además, todo se combinaba con un par de merengues, para no olvidar al eterno rival. El postre gustó, pero duró dos días en la carta debido a que se dieron cuenta que no todos los clientes, ni mucho menos, que van al restaurante son del Barça y por eso decidieron quitar el postre de la carta, aunque sí que lo siguen haciendo si algún cliente se lo pide.