La crisis no sólo ahoga a la restauración en forma de caída de ventas, ajuste de precios y cierre de establecimientos, sino que está robando clientes a bares y restaurantes en detrimento de un consumo más casero y racional.
Son tendencias que ha detectado la Federación Española de Hostelería y Restauración (FEHR) y que hacen todavía más daño a un sector que encadena 39 meses consecutivos de pérdidas.
Así lo ha manifestado a Efeagro su adjunto a la Presidencia, José Luis Guerra, quien ha calificado de "muy duro" el panorama al que se enfrentan los restauradores, que sufren un descenso continuado de ventas en torno al 16 % de media desde el año 2007.
Según Guerra, la crisis no sólo ha obligado a los restauradores a "reinventar fórmulas y ofertas" sino que "está cambiando al consumidor", que se hace "mucho más racional" y mira más el precio y su relación con la calidad del producto.
"Hemos pasado de un consumo de derroche y alegría a uno mucho más meditado y reflexionado", ha precisado.
El adjunto a la Presidencia de la FEHR también ha señalado una nueva tendencia de "trasvase de consumos de la hostelería al hogar", que, a su juicio, se percibe sobre todo en la cerveza, cuyas ventas están creciendo en tiendas y supermercados mientras caen en la hostelería.
"Se está cambiando el patrón de ocio y cultura de nuestra sociedad hacia uno mucho más centroeuropeo de estar y consumir en casa en lugar de salir y hacerlo en la hostelería", ha precisado.
Según Guerra, a raíz de la crisis, la gente sale menos a comer y cenar y aumenta el porcentaje de personas que "comen de tupperware (fiambrera)", sobre todo en ambientes laborales jóvenes.
Tendencias que "preocupan" a la FEHR y que han obligado a los restauradores a buscar nuevas fórmulas y renovar sus ofertas, como ha ocurrido con restaurantes de alta gastronomía, que al no tener suficiente demanda están montando "gastrobares" con menos infraestructura, otro concepto de alta cocina y otros precios, ha indicado Guerra.
El experto de la FEHR se ha mostrado muy negativo ante una situación a la que "no se atreve" a poner fecha de caducidad y que ha forzado también a bajar precios -con una consecuente merma en el margen de beneficios-, reducir la calidad de la oferta y cerrar restaurantes, desencadenando "dramas humanos".
Según Guerra, el mes de julio dio una tregua "temporal" al sector, que registró un aumento de ventas del 0,2 % impulsado por el turismo extranjero -que representa el 30 % del negocio de la restauración- y por "la desaparición del problema de la prohibición de fumar" al trasladarse el consumo a las terrazas y espacios al aire libre.
Una mejora que, a su juicio, será pasajera ya que el fin de la temporada alta y la llegada del frío significarán la vuelta a tasas interanuales de ventas negativas en la restauración.
Desde la FEHR esperan "un incremento puntual de la demanda" en Navidad, que será "muy importante para el sector", aunque prevén que se repita la tendencia de los últimos años, que apunta a que las ventas serán entre un 3 y un 4 % menores que en 2010.
"No hay nada, por ahora, que nos señale que vayan a ir mejor", ha concluido. (Fuente: EFE).