La supresión de las aceiteras rellenables por imperativo legal, a partir del 28 de febrero próximo, está generando amplios y profundos debates entre los especialistas de la restauración pero, entre ellos, pocos abordan la repercusión económica de esta norma para los propietarios de bares y restaurantes.
Una de las preguntas clave es: ¿los propietarios de restaurantes y bares ganaremos más o menos dinero como consecuencia de la supresión de las aceiteras rellenables? Si consideramos que tenemos la posibilidad, en la mayoría de casos, de elegir entre aliñar los platos en cocina o bien dejar que sea el cliente quien lo haga en su mesa, nos daremos cuenta que, con un poco de estrategia y reflexión, hasta podemos conseguir que esta nueva norma imperativa y prohibitiva, que como tal en principio no es grata, pueda provocar un incremento de facturación en nuestros establecimientos.
No duden que en el futuro daremos consejos sobre esta temática, ya que muy pocos se atreven a hablar de dinero en relación a estas materias.