Desde la Real Academia Española de Gastronomía, se trabaja siempre por y para la buena mesa, entendida en su concepto más amplio, en el que se incluyen cocina, salud, sociología y cultura, cuatro componentes esenciales a la hora de delimitarla. No se trata de un territorio de privilegiados, sino de un patrimonio común de todos los españoles que hay que aprender a valorar, cuidar y conservar.
En este sentido, la Academia ha recibido también este otoño una grata noticia con la aprobación por unanimidad en el seno de la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados, de una Proposición No de Ley por la que se reconoce la condición de la cocina y la gastronomía de España y sus regiones como bien de interés cultural.
En esta misma línea, destaca el acuerdo suscrito recientemente con la Secretaría de Estado de Turismo, por el que ésta se compromete a promover la gastronomía española como atractivo turístico de primer nivel, capaz por si sola de atraer un importante flujo de turistas nacionales e internacionales.