Fumar en los bares tiene las horas contadas
El endurecimiento de la ley antitabaco que prepara Sanidad irrita a los hosteleros y satisface a los médicos.
Volver Fumar en los bares españoles tiene las horas contadas. Sanidad va a dar el paso decisivo para desterrar el humo en locales de hostelería. Endurecerá una ley antitabaco que no ha impedido que se fume en cuatro de cada cinco de estos espacios. Neumólogos y cardiólogos lo respaldan sin fisuras y recuerdan que el tabaco es un asesino implacable. Los hosteleros están de uñas, ponen el grito en el euro y dicen que vetar el tabaco en sus locales los tocará de muerte. En unas semanas -puede que por la vía rápida del decreto- una ley anti humo más dura nos pondrá al nivel de países como Irlanda, Italia, Reino Unido o Turquía. Todos tienen legislaciones más valientes que protegen los intereses de los no fumadores -70% en España- frente a los de los fumadores, 30%.
«La sociedad está madura y aceptaría la prohibición total» repite la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, que no avanza más detalles. Sabe que el 71% de los españoles adultos -incluidos fumadores- desea ver libres de humo todos los bares. Quiere proteger además al millón largo de trabajadores del sector hostelero forzados a aspiran humo en trabajo.
La Ley ahora
La Ley de Prevención del Tabaquismo que entró en vigor el 1 de enero del 2006 fue »un acierto« para el 81% de los ciudadanos. Desterró el tabaco en centros de trabajo, pero no de bares, restaurantes y espacios de ocio. Da a los locales de menos de cien metros, la inmensa mayoría, libertad para permitir fumar o no. Los grandes debían habilitar zonas para fumadores. La inspección ha sido bastante laxa y son poquísimos los establecimientos sancionados.
Beneficio sanitario
Los médicos respaldan a Sanidad en el endurecimiento de la Ley que reclaman de antiguo. La mitad de los 12 millones de fumadores que aún hay en España (29% de la población) quiere una ley más severa, según Francisco Camarelles, del grupo de tabaquismo de la SEMFYC (Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria). «La ley en vigor fue un avance, pero sus efectos se atenúan; la prevalencia de fumadores subió tres puntos, hasta 29%». Ocho de cada diez locales deja fumar, lamenta Luis Aguilera, presidente de SENFYC. Recuerdan los médicos como en Italia la prohibición redujo los ingresos hospitalarios por infarto un 11%. Denuncian que el tabaquismo pasivo se ceba con los trabajadores de bares y restaurantes permisivos, «privados de su derecho a no respirar humo en su lugar de trabajo». El 84% de los ciudadanos cree que este humo ambiental causa cáncer de pulmón, un 80% cree que provoca infartos y un 92% lo considera nocivo genéricamente. Camarelles destaca que 7 de cada diez españoles estima que »los espacios sin humo ayudan a dejar de fumar».
Coste en vidas
Las enfermedades relacionadas con el tabaco causan una de cada diez muertes y se cobrarán en el mundo seis millones de vidas en 2010. Según la OMS, el tabaquismo mata cada año a 1,2 millones de europeos. En España quita la vida a más de 50.000 personas al año, de ellos 5.000 fumadores pasivos. En el mundo hay 1.300 millones de fumadores. Lo más adictos al tabaco son los varones, un 35% de los países ricos y un 50% en los pobres.
Fuman el 22% de las mujeres del mundo rico y el 9% en países en vías de desarrollo, y el tabaquismo femenino va en aumento. El coste médico del tabaco en la UE es de 1,3 billones de euros y la pérdida de productividad se evalúa en 1,1 billones.
Cierres y paro
«Una Ley más dura será la puntilla para miles de pequeños locales castigados por la crisis», dice José Luis Guerra, adjunto de la dirección de la Federación Española de Hostelería, que agrupa a 120.000 de los casi 350.000 establecimientos hosteleros. Asegura que la crisis mermó entre un 10 y un 20% sus ingresos y que el coto definitivo al humo «generaría una caída extra del 10% de la demanda, destruirá miles de empleos y cerrará hasta 5.000 negocios». La inmensa mayoría de sus clientes «quiere fumar en los locales» según los hosteleros. La ley en vigor les obligó a aislar espacios para fumadores, unas obras «no amortizadas que costaron entre 10.000 y 20.000 euros de media en los pequeños y hasta 70.000 en los grandes y que dejan de tener sentido». Sanidad habla de inversiones «insignificantes» y el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) dice que menos del 1% de los establecimientos ha aislado zonas de fumadores.
Según Rodrigo Córdoba vicepresidente de CNTP, las leyes más restrictivas implantadas en Europa no mermaron los ingresos hosteleros «incluso hubo repuntes, y las ventas del sector subieron en Irlanda, Reino Unido y Noruega».
Compensaciones
Ramón Estalella, secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), pide «medidas para compensar las pérdidas ante la prohibición total». Sanidad no descarta estas compensaciones de raíz y baraja mantener la venta de tabaco en los bares sin humo. Junto a 14.000 estancos hay 180.000 máquinas expendedoras que procuran a los hosteleros unos ingresos medios de 3.000 euros, a razón de 15 céntimos por cajetilla.
Más turismo
Trinidad Jiménez asegura que la ausencia de humo llevará más turistas de países libres de humo a los lugares de ocio y restauración. Julio Doncel, vicepresidente de No fumadores.org, cree también que una ley más dura en línea con otros países europeos seria un revulsivo para el turismo. «Recibimos muchas quejas de franceses y británicos acostumbrados en sus países a la protección de sus derechos como fumadores pasivos y que aquí se ven desprotegidos». Una ley más severa «supondrá un claro beneficio para industria del turismo», argumentan.