El uniforme de los profesionales de la restauración revela y muestra las cualidades espirituales de las personas que regentan el negocio, su exquisitez o su torpeza. Y cuando el uniforme es notoriamente discordante con el negocio y entorno al que sirve, entonces también expresa algo: la ridiculez y, lo que es peor, cuando amparándose en el diseño, modernidad, o cualquier otra zarandaja, el uniforme deja de representar la pulcritud y la limpieza como elemento básico, deja de ser útil a una de las finalidades para la que fue creado.
De la misma manera que no nos gustaría ver en los hospitales a médicos y enfermeras de negro, ocultando, de haberla, la suciedad, no nos gusta ver a cocineros y camareros totalmente de negro pues la camisa debe ser siempre blanca, porque en las cocinas y comedores se manipulan alimentos, y la limpieza no solo debe existir, sino ser visible.
En la página 58 de esta revista el Tribunal Supremo en una sentencia de 19 de abril de 2011 se pronuncia sobre los uniformes de trabajo de los empleados de centros hospitalarios. Vide editorial.