El Gobierno obliga a 800 chiringuitos a que se trasladen de la playa al paseo marítimo
Disminuir tamaño del textoAumentar tamaño del texto El PP acusa al Ministerio de «fundamentalista» y pide a la Junta que «se retrate» ante el «Ejecutivo hermano»
El Ministerio de Medio Ambiente se mostró ayer inflexible e insistió en su pretensión de que los algo más de 800 chiringuitos playeros de Andalucía, que ahora están en contacto con la arena, se trasladen a los paseos marítimos en aplicación de la Ley de Costas de 1988. Los empresarios de estos establecimientos rechazan la medida y temen que el sector, que da trabajo a 40.000 personas, desaparezca. Por ello, reclaman a la Junta que agilice la asunción de competencias en esta materia y que la gestión pase de Medio Ambiente a Turismo.
El secretario general del Mar del Ministerio, Juan Carlos Martín Fragueiro, afirmó ayer en la capital malagueña que los chiringuitos de las playas deberán adaptarse a la Ley de Costas, y apuntó que la posición del Gobierno central «es clara». «Hay concesiones en vigor, otras caducadas y autorizaciones temporales que tienen que adaptarse a la actual ley», señaló.
Límites
Costas limita la superficie de estos espacios a 150 metros cuadrados, considera que han de ubicarse en el paseo marítimo, en vez de en la arena, y fija que haya una distancia entre establecimientos de 200 metros lineales.
El secretario general aseguró que la «masificación de las playas» supone que haya que compatibilizar «el disfrute de los ciudadanos con la pervivencia de aquellas actividades que respeten la ley», informa Ep.
En Andalucía hay algo más de 800 chiringuitos «clásicos» que emplean a 40.000 personas y facturan unos 500 millones de euros al año, según los datos aportados por la Federación Andaluza de Empresarios de Playas.
El presidente de esta entidad, Norberto del Castillo, lamentó en declaraciones a ABC que el Ministerio «niegue la mayor y diga que hay que cumplir la Ley. Estamos de acuerdo, pero ellos interpretan la Ley de una manera parcial. Si un artículo tiene cuatro apartados, aplican el que les interesa y no tienen en cuenta las excepciones».
Aseguró que «si el chiringuito deja la arena, ya no sería un chiringuito, sería un restaurante de playa».
Y recordó que el 1988, cuando entró en vigor la Ley, «ya tuvimos unos sacrificios enormes. La mitad del sector tuvo que desaparecer y creíamos que ya se había solucionado».
Porque la realidad es todas las instalaciones actuales están autorizadas con arreglo a la Ley de Costas, «y ahora no nos pueden decir que nos adaptemos otra vez».
«Nuestro problema es que primero dependíamos de Marina, luego de Obras Públicas y ahora de Medio Ambiente. Este último no es un Ministerio cuya especialidad sea contribuir a que se mantengan los negocios; puede ser muy útil para otras cosas, pero no para facilitar la gestión comercial», subrayó.
La solución, dijo, es agilizar el traspaso de las competencias de Costas a la Junta y que las asuma Turismo». Según Del Castillo, mientras este proceso culmina, «lo que no vamos a aceptar es perder el contacto con la arena. Eso no lo vamos a aceptar nunca. No se puede exprimir un limón cuando ya no tiene jugo».