Ardbeg 10 years old, elegido mejor whisky del mundo por tercer año consecutivo en la Whisky Bible
Este legendario destilado ya se convirtió en el primer Scotch Single Malt en lograr esta distinción y es considerado el whisky de culto entre los entendidos.
La bodega, situada en Islay, una pequeña isla al suroeste de Escocia, pertenece desde hace 10 años a LVMH.
El crítico Jim Murray, autor de la famosa “Biblia del Whisky”, acaba de reconocer por tercer año consecutivo algo que los entendidos ya reconocían de manera oficiosa, que Ardbeg es el mejor whisky del mundo al otorgarle sus dos máximas distinciones.
Murray ha vuelto a otorgar en 2010, los mismos títulos que ya le dio en 2008 y 2009 a la pequeña destilería escocesa: el galardón al Mejor Whisky del Mundo (World Whisky of the Year) y al Mejor Single Malt Escocés (Best Scotch Single Malt of the Year). Este reconocimiento es especialmente importante si se tiene en cuenta que se trata de la primera vez en la historia que resulta elegido como mejor whisky del mundo un Single Malt producido en Escocia.
Según ha comentado el propio Jim Murray en su “Biblia del Whisky”: “Para mi Ardbeg es (y ha sido) el whisky más complejo que se conoce sobre la tierra. He visitado la destilería desde hace 30 años, mucho antes de que nadie oyese hablar de Ardbeg y aunque su calidad siempre ha sido incuestionable creo que este particular destilado del Ten Years Old es, sin duda, la mejor expresión de este legendario producto, rara vez incluido en catas”.
Ardbeg está establecido como un whisky de culto que es seguido con pasión por los aficionados de todo el mundo, en el que destacan sus aromas y sabores a turba. Su fascinante personalidad viene fuertemente influenciada por el entorno ambiental de la destilería, situada en Islay, una pequeña isla de 3.000 habitantes al suroeste de Escocia, así como por los tradicionales métodos empleados en su elaboración.
La destilería está situada junto al mar y en los frecuentes días de viento el oleaje se estrella en la línea costera acumulando algas cuyos aromas marinos se integran en la complejidad del whisky producido. Otra particularidad distintiva proviene del método de tostado de la malta que se realiza quemando la turba de procedencia local en secaderos provistos de aireación natural, sin extractores.
El humo acumulado impregna la malta dándole así un aroma final de turba que, en el caso paradójico de Ardbeg, resulta suave y agradable. El aroma, lejos de apoderarse del paladar o de la nariz, deja paso al carácter de la malta que así puede mostrar su dulzura y equilibrio. También tiene notas de yodo y algas, un aroma marino.
El destilado envejece en barriles de roble. Aunque ahora ya se puede poner a la venta un producto envejecido tres años, la política de Ardbeg es centrar la venta en 10 años, que es el tiempo que, según su criterio, hace falta para madurar satisfactoriamente el whisky de malta. Se dice de él que es como antiguamente solía ser el whisky.
Michael Jackson, otro reputado crítico especializado, escribe: “Es la terrosidad de Ardbeg, sus regustos de humo de turba, de hogueras de ramas verdes y de brea, que lo sitúan como el más tradicional de los whiskies isleños”. Objeto de culto por parte de los expertos, Ardbeg tiene una larga tradición en la producción de whisky que se remonta a finales del siglo XVIII. Los hermanos McDougall construyeron la destilería ya en 1798 y a partir de 1815 empezaron oficialmente a vender whisky. Desde entonces, Ardbeg se ha consolidado como uno de los whiskies más pretigiosos de Islay, que es lo mismo que decir de todo el mundo.
Jim Murray y la ‘Bibllia del Whisky’
El escritor inglés Jim Murray se convirtió a principios de los 90 en el primer periodista dedicado a tiempo completo al mundo del whisky. Con el paso de los años, Murray logró el reconocimiento unánime de productores y aficionados, y su ‘Biblia del Whisky’ –publicada por primera vez en 2003– se ha convertido en la actualidad en una especie de ‘Guía Michelin’ del sector.
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Pedro J. Utrera: pjutrera@moet-hennessy.com – 934 960 730