Todos sabemos lo molesto que es que el camarero interrumpa la conversación de la mesa para preguntar, por ejemplo: ¿espárragos?, ¿consomé? Esta interrupción se puede evitar, y para evitarlo no es necesario confiar en la memoria del camarero, esta interrupción que en según que tipo de comidas es extremadamente molesta, por ejemplo, en almuerzos de negocios, íntimos o de familia, además demuestra al cliente que el camarero no recuerda lo que él le pide, y contribuye a que el cliente tenga la sensación de que no se le hace caso, de que no se le sirve bien.
Le indicamos todas las claves de este sencillo método en la página 28 de este número.