• En el restaurante, todo gira alrededor de la mesa. Una buena iluminación debe asegurar una buena reproducción cromática, un color de luz adecuado, un elevado brillo y un buen confort visual.
• Las luminarias para exteriores deben estar construidas en un material resistente a la corrosión, por ejemplo la fundición de aluminio, y asegurar una buena resistencia mecánica y una elevada protección anticorrosión.
• Para evitar que los rostros en el bar muestren sombras demasiado duras, se recomienda utilizar luz difusa; para ello, pueden servir también las estanterías murales retroiluminadas
• En los hoteles, es conveniente una buena iluminación de la barra, el reconocimiento de la persona de enfrente y una atmósfera animada.
• En cuanto a los exteriores, una alfombra de luz frente a la puerta de entrada ofrece al cliente una imagen resplandeciente al entrar y salir por la vía de acceso.
Como decorar con la iluminación
Ya se trate de hoteles, restaurantes o terrazas, el concepto gastronómico necesita siempre un espacio, un ambiente que soporte y comunique el tema en cuestión. Cada vez más restauradores y hosteleros identifican el potencial de la iluminación como parte fundamental del éxito de sus establecimientos. En la iluminación de un espacio debemos diferenciar tres funciones básicas: la luz de ambiente (luz para ver), la luz focal (luz para mirar) y la luz decorativa (luz para contemplar). Un concepto de iluminación sólo está completo mediante la combinación de estas tres funciones de la luz.
La luz de ambiente crea la iluminación general del entorno y obedece a la necesidad básica de iluminación para orientarse y moverse con seguridad. Ciertos bares y restaurantes, con una iluminación diferenciada, sólo necesitan luz ambiental durante unas pocas horas de su actividad, pero aún así sigue siendo necesaria una iluminación general suficiente para fines de limpieza y mantenimiento.
La luz focal o dirigida acentúa los puntos de atención y ayuda a establecer un orden en la percepción. Resalta las zonas importantes dejando que lo accesorio pase a un segundo plano. La iluminación focalizada se utiliza para la presentación de productos y objetos estéticos como esculturas, cuadros y jarrones.
Los efectos de luz decorativos generan atmósfera y magia. Para ello se pueden utilizar diferentes herramientas de iluminación, luminarias de diseño decorativas (arañas), barras retroiluminadas o unas sencillas velas.
Iluminación vertical: la importancia de la luz en las paredes
El valor de la iluminación en la restauración se basa en buena medida en su capacidad para crear atmósferas. La iluminación vertical juega en este aspecto un rol fundamental que no se debe descuidar. Una pared con un baño de luz que llega desde el techo hasta el suelo logra una sensación espacial luminosa y realiza la función de la pared como superficie delimitadora. Una luz tenue lineal directamente en la pared, cuya intensidad de luminosidad disminuye cuando nos alejamos destaca especialmente la materialidad y la textura superficial de las paredes. La secuencia regular de conos de luz confiere a la superficie de la pared un ritmo mediante el contraste de luminosidad.
Restaurantes
Por lo general, existe una relación entre la complejidad del proyecto de iluminación y la tipología de establecimiento: mientras que los restaurantes más sencillos se sirven de pocos componentes, los restaurantes más sofisticados apuestan, desde la entrada hasta los servicios, pasando por la sala principal, por soluciones de iluminación personalizadas. En ambos casos, es necesario entender que una mayor cantidad de luz no se traduce necesariamente en una mejor calidad de la luz.
En el restaurante, todo gira alrededor de la mesa. Una buena iluminación de la mesa debe asegurar una buena reproducción cromática, un color de luz adecuado, un elevado brillo y un buen confort visual. La luz brillante procedente de lámparas halógenas de bajo voltaje proporciona una reproducción cromática óptima, además la lámpara puede regularse fácilmente a la iluminancia deseada. De este modo, el color de la luz es más cálido y se asemeja más al color de la luz de una vela. La luz dirigida produce brillantez y una buena visión de los platos y la decoración de la mesa. La luz procedente de lámparas fluorescentes o la luz puramente indirecta transmitiría en esta zona únicamente una impresión difusa y mate, poco recomendable.
El uso de reflectores y la selección y orientación correcta de las luminarias constituyen la base para una sensación visual óptima, cuanto mejor sea el apantallamiento de las luminarias, mayor será la altura a la que puedan suspenderse sin que los comensales en la mesa sufran deslumbramiento. La luz de velas con su centelleo introduce un suave movimiento en el escenario e ilumina los rostros de los contertulios.
Bares y locales
Los bares y los locales utilizan la luz para crear una atmósfera relajada que favorezca la comunicación. La barra y el camarero constituyen el centro de atracción de las miradas. Botellas y copas se pueden acentuar hábilmente mediante una superficie retroiluminada, el brillo general del ambiente se ajusta mediante una iluminación de acento o de bañadores de pared adicionales.
El camarero en la barra necesita una luz adaptada a su trabajo, los cócteles se iluminan frente a él mediante una hilera de luz de haz intensivo. Los conos de luz estrechos y un apantallamiento excelente procuran un buen confort visual y evitan el deslumbramiento. Para evitar que los rostros en el bar muestren sombras demasiado duras, se recomienda utilizar luz difusa; para ello, pueden servir también las estanterías murales retroiluminadas. El concepto de iluminación para la sala en general debería ajustarse ante todo al tema del local, por ejemplo, lámparas puntuales a fin de crear islas de luz privadas en la mesas.
Hoteles
El vestíbulo presenta el tema del hotel y transmite al huésped la atmósfera para su estancia. La atmósfera puede potenciarse sutil pero eficazmente mediante la luz. En este contexto, la iluminación puede asumir múltiples tareas: presentar el ambiente del hotel con una estructuración luminosa adecuada y conducir a las personas que entren a la recepción. Mediante la distribución de la iluminancia pueden realzarse, a fin de favorecer la orientación, áreas importantes como la recepción y definir como espacio privado áreas de asiento tranquilas mediante una luminosidad reducida en forma de isletas de luz. La luz para la recepción debería satisfacer las demandas del personal y cumplir las necesidades del huésped, una buena iluminación de la barra, el reconocimiento de la persona de enfrente y una atmósfera animada.
En el recorrido hacia la habitación del hotel puede mantenerse de forma comparable la calidad de iluminación del vestíbulo. En ningún caso se debe iluminar principalmente el pasillo, es preferible, mediante una iluminación de orientación segura, clara y que destaque las rutas de tránsito, convencer al huésped mediante el ambiente apropiado. Se puede lograr una impresión espacial luminosa mediante la iluminación vertical de las paredes. En pasillos largos, puede reducirse la impresión de uniformidad si las luminarias y el efecto luminoso establecen un ritmo. Las perspectivas acentuadas en cuadros o jarrones crean una división en el pasillo y hacen que su final parezca más atractivo. La iluminación de las habitaciones del hotel es comparable, en términos generales, con la iluminación de espacios habitables privados. Si bien las luminarias decorativas determinan a primera vista la impresión ambiental, el efecto luminoso se crea frecuentemente mediante una iluminación general o de acento discreta.
Exteriores
La primera impresión, y la decisiva, de bares y restaurantes empieza a formarse ya antes de la puerta, cuanto el cliente divisa el establecimiento desde lejos y se aproxima a la entrada. Una iluminación de la fachada adaptada a la arquitectura y una luz eficaz para la vía de acceso con terraza o jardín transmiten al viajero un simpático gesto de bienvenida del hostelero. Las balizas son ideales para la iluminación de grandes superficies, aseguran una delicada emisión de luz por debajo del plano horizontal y generan una atmósfera sofisticada. Una alfombra de luz frente a la puerta de entrada ofrece al cliente una imagen resplandeciente al entrar y salir por la vía de acceso. Las luminarias de fachadas escenifican el edificio con luz tenue y crean un marco para la entrada. En cambio, la arquitectura transparente de vidrio puede iluminar desde el interior del edificio, reforzar la profundidad espacial y proporcionar vistas interesantes.
Una luz acentuadora para el mobiliario de exterior y la vegetación hace destacar la terraza o el jardín. Las luminarias empotrables en el suelo son discretas y permanecen ocultas al observador siendo exclusivamente la luz la que determina la atmósfera. La elección de mobiliario auxiliar retroiluminado representa así mismo una excelente opción para potenciar sensaciones y emociones mediante la luz, su intensidad y su color. Las luminarias para exteriores deben estar construidas en un material resistente a la corrosión, por ejemplo la fundición de aluminio, y asegurar una buena resistencia mecánica y una elevada protección anticorrosión.
Decoración Beltrán.
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